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Inédita Identidad

       Despertamos, es lunes, nos levantamos, vamos al espejo, y ahí estamos, nos arreglamos y a trabajar. Así comienza la semana, día tras día, nos ven y alguien comenta, “pareces un retrato”. La monotonía nos invade sin darnos cuenta y nuestra apariencia siempre igual. Pero, ¿Qué hacer? Ya nos resulta aburrido leer tantos artículos con las mismas recetas, trucos aquí y tips allá…el color de la temporada, lo último en maquillaje. Al coleccionarlos y analizarlos, nos percatamos de un ciclo repetitivo de formulas en favor de la vorágine publicitaria, la venta de cualquier cosa. Podemos ir más allá y ofrecerles algunas apreciaciones profesionales sobre el tema.

Los principales criterios del maquillaje son: la luz, el color y la forma, estos elementos pueden crear originalidad en un rostro, especialmente en los ojos (la mirada) y los labios (el habla), puntos focales cuando nos comunicamos personalmente. Basta el elemento luz para ejercer una importante influencia, si la luz es natural o artificial, fría o cálida, tenue o intensa, blanca o coloreada, todas, inciden en como somos percibidos, tanto en la vida cotidiana como al tomarnos una fotografía o al aparecer en videos.

En este sentido, los que hemos trabajado en medios, sabemos que el maquillaje requerirá de técnicas especiales de aplicación. Por tal razón, siempre será recomendable que, fotógrafos o realizadores de videos, se formen en maquillaje y, a la inversa, que los maquilladores también sepan entender en que se basa el trabajo fotográfico y audiovisual. Maquillar se aprende y las mejoras se pueden lograr a través de las técnicas correctivas y de un adecuado patrón de equilibrio cromático entre ojos y labios.

Las cámaras muestran identidades ocultas. Sólo a veces, cuando somos fotografiados, es cuando en verdad reconocemos nuestra cara, la técnica y los colores que estamos utilizando en el maquillaje, en el cabello, en la selección de los lentes o de las lentillas de contacto de color. Todos estos recursos, bien empleados, nos pueden conducir a una interesante renovación o rejuvenecimiento, de modo que es posible romper con la monotonía del rostro retrato. Ello nos permitirá acceder a nuevas versiones pero, esto sólo lo podremos lograr, si estudiamos nuestra natural tonalidad y las posibilidades del color, a fin de encontrar una identidad que es inédita para nosotros, pero que puede ser la que más nos favorezca, nuestra adecuada identidad cromática. Publicado en el periódico El Venezolano, Ciudad de Panamá, el día 15/04/2011.

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